Situado en el extremo suroeste de Sant Feliu de Llobregat, el proyecto consta de 40 viviendas de alquiler social, distribuidas en 5 plantas de altura. Las viviendas se componen por espacios genéricos que permiten varios usos, adaptándose a las necesidades cambiantes de sus habitantes a lo largo del tiempo. Las diferentes habitaciones disponen de grandes aperturas dobles (1,40m) que permiten conectar física y visualmente los ámbitos, ofreciendo una mayor diversidad espacial y maximizando la sensación de amplitud.

La organización de las piezas permite la eliminación de pasillos, optimizando el espacio habitable para otros usos. Todas las viviendas son pasantes y permiten la ventilación cruzada de las diferentes piezas, a través de un atrio ventilado. En la fachada exterior, las viviendas disponen de grandes terrazas que agotan el 50% legal ocupable en voladizo, adoptando la forma que permite el máximo aprovechamiento -equitativo- de superficies exteriores.

La planta baja, une la calle con el parque posterior, maximizando la permeabilidad y la conectividad visual, así como la ventilación natural del patio. El edificio apuesta por una doble entrada de forma que no se prioriza un acceso y al mismo tiempo enfatiza desde la calle la presencia del parque posterior.